La ayuda que tu nesecitas

Dios es Fiel, poderoso, misericordioso, amoroso, justo… (claro y mucho más)

¿Quién puede decir eso con certeza, sin dudar ni un momento?

1. ¿El que lo sabe porque se lo dijeron?
2. ¿El que lo leyó en la Biblia?
3. ¿El que ha experimentado en su vida esta verdad?

La respuesta correcta es la 3

¡Claro que si! ¡Solo el que ha vivido personalmente los atributos de Dios puede decir con certeza, es así!

Ahora permíteme decirte algo:

Para poder decir con certeza que Dios es Fiel, tienes que sentirte abandonado.

Para poder decir con certeza que Dios es Poderoso, tienes que sentirte débil.

Para poder decir con certeza que Dios es Misericordioso, tiene que sentirte pecador.

Para poder decir con certeza que Dios es Amoroso, tienes que sentirte no amado.

Para poder decir con certeza que Dios es Justo, tienes que vivir una injusticia.

Es decir como dice su palabra en Romanos 8:28 : “ Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”

Para los hijos de Dios sentirnos en dificultades es una oportunidad de probar los atributos de Dios, es crecer auténticamente, es la oportunidad de conocer a Dios.

Si tú estás en dificultades ah ora:

No temas, Él lo sabe y está ayudándote
Romanos 8:26ª: “ Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.”

Espera sin temor, ¡estás creciendo!
Romanos 8:24: “ Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?

¡Dios ha preparado todo!
Romanos 8:18: “ Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.”

Permíteme finalmente animarte en e ste momento de pruebas. Prepárate para ver a Dios actuar, no importa cuan difícil sea el problema, Él lo sabe y tú veras a Dios actuar.

Romanos 8:17 “ Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.”

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